Conclusiones

El estado de derecho, entonces, es la garantía de los cumplimientos de las normas y principios que hacen que todos los individuos de una sociedad sean tratados por igual.  Ya que todos somos iguales en derechos y deberes, se debe reconocer la existencia de derechos igualitarios entre nosotros. Los Derechos son las facultades de hacer o exigir todo aquello que la sociedad, sus leyes, y autoridades establecen a nuestro favor. Por otro lado, los Deberes son las exigencias éticas y cívicas, normas legales de convivencia humana que orientan el ordenamiento jurídico de las instituciones. El Estado de Derecho está comprometido a mantener esta igualdad debido a que tanto los derechos como los deberes son normas de cumplimiento para mantener en equilibrio la convivencia. Tener conciencia de nuestros deberes y derechos implica ser conscientes de las responsabilidades y obligaciones que tenemos en sociedad, que hay reglas que seguir.

Pero como ya se ha visto, todavía existen lugares en los cuales estas normas se ven infringidas. Por lo tanto, el Estado de Derecho no está cumpliendo su labor satisfactoriamente. El Jirón Azángaro es un claro ejemplo de este tipo de lugares. Como ya se explicó antes, es en el jirón Azángaro donde se realizan todo tipo de falsificación de documentos. Las personas que acuden a este lugar para obtener estos documentos de manera ilegal, incurren en un delito. Es en esta acción, justamente, en la cual cometen una clara violación al principio del deber. Todos tenemos el derecho de tramitar cualquier tipo de documentos y obtener trabajo pero siempre al margen de la ley.

Las autoridades competentes ya han tomado medidas en el caso y siguen realizando operativos para acabar con el negocio de la falsificación que, lamentablemente, abunda en este lugar. Debemos cumplir con nuestros derechos y deberes. Sin lugar a dudas, el Estado de Derecho tiene una ardua labor pero si logra erradicar este tipo de problemas estaremos más cerca del desarrollo como país, al desarrollo como nación.